martes, 23 de febrero de 2016

Review: The X-Files Miniseries (2015) – S10XE06



“My Struggle II” (10X06):
Mirando al futuro

Después de recorrer distintas historias individuales, con algunas situaciones penosas de por medio, era hora de terminar el histórico regreso de The X-Files con lo que se venía esperando desde el incierto final del programa en 2002, hace ya casi doce años: La colonización alienígena en marcha. Aunque no sin algunos cabos sueltos y omisiones importantes.

Con un comienzo prometedor y ya con la substitución del clásico “The truth is out there” de los créditos por un enigmático “This is the end”, como en las viejas épocas de la serie, “My Struggle II” nos da la pauta de que la mitología conspirativa vuelve a estar en el centro de la escena.

Retomando los hechos del primer episodio de esta temporada, la agente Scully descubre que parte de su ADN tiene componentes recesivos de la composición celular alienígena, a raíz de la abducción que sufrió en 1994. Esto, sumado al inminente desarrollo de una epidemia mundial inspirada en el virus del HIV, serán los ejes fundamentales para combatir la nueva invasión extraterrestre en clave bacteriológica. Mientras tanto Mulder será tentado por CGB Spender (El Fumador) con la cura definitiva al contagio– concepto revisitado de “Two Fathers” (6×11) y “One Son” (6×12) – en cambio de su lealtad incondicional.

El creador y guionista principal del programa, Chris Carter, intenta dar un cierre al revival con el desafío de dirigirse al núcleo más duro de fanáticos (casi al más acérrimo por la precisión de algunas referencias), y correr el peligro de confundir a cualquiera que no esté ampliamente familiarizado con la cronología de la serie. Temáticas ya tratadas como la visión panspérmica (teoría que toma al origen de la vida en la Tierra como extraterrestre) y la catalogación genética a partir de la vacuna contra la viruela, tienen un papel implícito en la gestación de la epidemia. Sin embargo se deja de lado la participación del cáncer negro (virus alienígena de gran importancia en la conspiración), teniendo en cuenta que el argumento era perfecto para retrotraerse a ese arco argumental inconcluso.

Para el descontento de algunos seguidores, los agentes Einstein y Miller vuelven otra vez pero para cumplir un papel un poco más razonable y participativo que en el capítulo de la semana pasada. Aunque el agente Miller siga pareciendo igual de innecesario que la primera vez.

No obstante, al fin se da una explicación – incluso coherente – sobre el regreso del Fumador (William B. Davis), algo que hasta ayer todavía parecía un recurso desprolijo, y  se pudo ver nuevamente a la agente Mónica Reyes (Annabeth Gish), tras su participación durante las últimas dos temporadas del programa. Aunque sorpresivamente no hubo ninguna mención del agente John Doggett (Robert Patrick), interés romántico de Reyes y parte relativamente importante de la mitología tardía.

“My Struggle II” significa el cierre del experimento que resultó ser esta décima temporada. Partiendo de una Idea ambiciosa y con potencial se llega a pasar por alto que las desprolijidades narrativas todavía se mantienen, como tradicionalmente se vio en la gran mayoría de los episodios del revival. Algo en lo que este receso podrá servir para limar este tipo de asperezas.

Ya con una undécima temporada casi confirmada, no quepa dudas que la FOX tiene bien en claro que habrá más Expedientes X si el público acompaña. Esperemos que la próxima vez que los veamos sea de nuevo con el elenco original y una planificación mucho más ordenada que este descuidado regreso. Porque a pesar de los errores, The X-Files todavía cuenta con una base de fieles seguidores dispuesta a perdonarle estos tropiezos. Aunque no por mucho tiempo.



La temporada 10 de The X-Files se emite los Lunes a las 23hs por Fox, con una repetición los Martes a las 22hs.


Reseña publicada originalmente el 23 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar

Crítica: Mi Abuelo es un Peligro (2016) Dir. Dan Mazer

No se puede caer más bajo


Quién hubiera imaginado que Robert De Niro, legendario actor de Taxi Driver (1976), Toro Salvaje (1980) y Cabo de Miedo (1991), entre tantos otros hitos del cine, llegaría a conformarse en su vejez con participar de películas tan burdas y poco imaginativas como Mi Abuelo es un Peligro (Dirty Grandpa, 2016). Y esta duda también incluye a Zac Effron, quien ya tuvo la oportunidad de demostrar como actor que no se conforma con ser solamente un galán juvenil.

De Niro es Dick, un ex agente del servicio secreto recientemente viudo, con ganas de aprovechar su nueva soltería después de cuarenta años de matrimonio. Para eso engaña a su prudente nieto Jason (Effron) para que lo acompañe a Florida con la excusa de cumplirle una promesa a su esposa fallecida. Aunque no pasará mucho tiempo hasta que Jason descubra la verdadera razón de su abuelo para realizar este viaje: Seducir universitarias durante el receso escolar. Para colmo su tiránica y posesiva prometida Meredith (Juliann Hough) no para de controlarlo por teléfono mientras Dick intenta por todos los medios posibles llevarse alguna chica a su cama.

En el camino se encontrarán con Shadia (Zoey Deutch), una ex compañera de Jason de la secundaria, y su amiga Leonore (Aubrey Plaza), una ninfómana con un fetiche por los hombres mayores, para las cuales no cuesta imaginar el rol que cumplirán el resto de la historia y su relación con los protagonistas.

El director de Mi abuelo es un peligro, Dan Mazer (conocido solamente por producir los proyectos de Sacha Baron Cohen) apela al humor escatológico, como también a las constantes referencias sexuales, de forma tan directa y grosera que hasta hace perder el factor controversial que tanto parece andar buscando. Existen varias teorías sobre la comedia, pero si hay algo que va de la mano de un buen chiste es la sutileza con la que se deja caer. De esta manera los gags directamente no tienen gracia, y eso es algo en donde la película fracasa estrepitosamente, situándose entre el mal gusto y la incorrección política fortuita.

Por otro lado se nota que De Niro y Effron intentan hasta donde más pueden por sacar a flote un guion condenado a mostrar lo peor de ellos. No es que haya tampoco mucho lugar para el lucimiento de ambos, pero se percibe una química entre abuelo y nieto que aporta a que este film no sea peor de lo que ya es.

Mi abuelo es un peligro resulta ser una comedia totalmente olvidable para la que ni siquiera vale la pena verla por curiosidad. Sólo los/las que deseen ver a Zac Effron mostrando su físico de gimnasio van a poder sacar algo limpio, mientras que Robert De Niro debería replantearse un poco mejor la elección de sus papeles.




Reseña publicada originalmente el 18 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar

Review: The X-Files Miniseries (2015) – S10XE05


Babylon” (10X05):
La incertidumbre del final

El rumbo que ha tomado The X-Files en esta décima temporada es poco menos que discutible, salvando algunas honrosas excepciones. Pocos fueron los momentos hasta ahora que pudieron hacer justicia a las intrincadas historias de conspiraciones y abominables monstruos suburbanos, entre tanta mecha autorreferencial. Y a pesar de los guiños, siempre bienvenidos, a la extensa cronología de la serie, capítulos como “Babylon” no hacen más que dejarnos con sabor a poco.

El episodio comienza con la ejecución de un atentado terrorista en una galería de arte en el estado de Texas. Desde la preparación mental de los dos terroristas musulmanes pidiendo a dios el valor necesario para inmolarse, hasta el pánico de las víctimas corriendo en llamas después de la explosión. Una representación cruda y perturbadora que nos predispone a pensar que el tono elegido para el capítulo es mucho más serio de lo que se vino viendo últimamente. Y es que si algo se sabe de Estados Unidos, es que con el terrorismo no se anda con vueltas.

Sin embargo todo el dramatismo mostrado al principio queda en segundo plano cuando aparecen en escena los agentes Miller y Einstein, una suerte de versiones jóvenes de Mulder y Scully, con el claro y único objetivo de generar complicidad con el espectador a base de la obvia comparación con los protagonistas. Aparentemente uno de los terroristas sobrevivió a la explosión y los nóveles investigadores pretenden que nuestros héroes les ayuden a comunicarse con él pero el problema es que está en estado vegetativo.

Es así que mientras Scully plantea la posibilidad de monitorear la actividad cerebral del paciente ante preguntas directas sobre la ubicación del resto de los extremistas, Mulder prefiere tomar unos hongos alucinógenos con la intención de introducirse en la mente del suicida. Lo que resulta en una de las secuencias más delirantes que se pudo haber visto en la serie, con Mulder bailando música country mientras el director adjunto Skinner y Los Pistoleros Solitarios (lamentable regreso para estos emblemáticos personajes) lo arengan entre la multitud de un bar, sumado al segundo cameo de William B. Davis como El Fumador en esta temporada para aportar más irrealidad a esta psicodelia.

Eventualmente el caso se resuelve simbólicamente, pero llegamos a un punto en donde la serie ya no se toma en serio a sí misma. Es difícil imaginar de qué manera se pudo dejar pasar la oportunidad de profundizar tópicos como el trasfondo político detrás de estos atentados – algo insinuado en el primer capítulo del revival – o en todo caso la reflexión de Mulder y Scully frente a casos como este. En cambio tenemos otra parodia de lo que todo fanático de Los Expedientes X desearía ver en realidad: Misterio y suspenso sustentados en la inigualable química de los personajes principales.

La utilización de recursos cómicos para aliviar el drama nunca está mal si se utiliza en dosis adecuadas. Porque a diferencia de “Mulder and Scully meet the were-monster” (el mejor de los cinco emitidos), que desde un principio se presenta como un episodio totalmente paródico, comenzar mostrando las víctimas ensangrentadas después de una explosión no es la mejor antesala para satirizar (una vez más) la mecánica de la serie y sus personajes.

Es lamentable ver como Chris Carter sigue escribiendo historias al servicio de las autorreferencias y no viceversa, como debería ser en realidad. Porque por detrás de la banalización del terrorismo que finalmente se vio reflejada durante el capítulo, hay una buena premisa e ideas interesantes para analizar el poder de la palabra y el papel del fanatismo religioso en estos casos.

Si hasta se tiene la consideración de desestigmatizar al Islam, teniendo todas las herramientas para demonizarlo con la guerra en medio oriente. Algo que no se ve muy seguido en una serie estadounidense.

Desafortunadamente “Babylon” reúne gran parte de los errores que viene acarreando este reboot. Si anteriormente mencioné las ideas desaprovechadas y la falta de tiempo para desarrollarlas, ahora se suma la inconsistencia de no saber qué tipo de historia se quiere contar ¿Es una parodia? ¿Es un análisis de la situación política en oriente medio? ¿Es un debate sobre la fe y el poder de la palabra? Es todo eso junto, pero sin ningún tipo de separación.

El 22 de Febrero se emite el sexto y último capítulo del tan ansiado regreso de The X-Files y no existe ninguna certeza de lo que pueda suceder. Algo que normalmente era fantástico durante las viejas temporadas de la serie, significa que cada vez hay menos posibilidades de que volvamos a ver a Mulder y Scully como antes.

La verdad sigue estando allí afuera.



La temporada 10 de The X-Files se emite los Lunes a las 23hs por Fox, con una repetición los Martes a las 22hs.


Reseña publicada originalmente el 17 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar

Crítica: El Rey del Once (2016) Dir. Daniel Burman

En el Nombre del Padre


Dentro del llamado costumbrismo que Daniel Burman instala en sus películas, se trata de una cualidad del director hacer que el espectador se identifique con una realidad que nunca va a poder serle ajena del todo. En muchos casos esto se da a través del judaísmo (temática omnipresente en casi toda su filmografía), y en otros desde la identificación emocional con situaciones y personajes, creados a imagen y semejanza del porteño promedio. Pero a pesar de que esta característica tan habitual del cine argentino pueda sonar algunas veces repetitiva, nunca llega a serlo cuando Burman está al frente.

Desde un primer momento se nota que “El Rey del Once” es producto del gusto de Burman por comprender el vínculo único entre padres e hijos, tal como se vio en “El Abrazo Partido” (2003) y “Derecho de Familia” (2005). Aunque el protagonista real, por detrás de cualquier otra interpretación que tenga la película, sea definitivamente el barrio del Once y su fauna cotidiana.

Después de trabajar muchos años en Estados Unidos, Ariel (un excelente Alan Sabbagh) vuelve a la Argentina – más precisamente al Once – para reencontrarse con su padre Usher y solucionar algunos temas pendientes. Su padre es el director de una entidad de ayuda a la comunidad judía más necesitada, que provee desde medicamentos hasta comida Kosher a los judios menos pudientes. Una tarea realmente admirable, pero es la principal causa de la ausencia de Usher en los momentos importantes de la vida de Ariel. Algo que aún con su regreso, sigue siendo una prioridad después de tanto tiempo.

Un poco perdido entre la vorágine de fábricas de tela y los puestos ambulantes, a Ariel no le queda otra que reintegrarse al universo religioso que tanto rechazó de chico. Es así que no pasa mucho tiempo hasta que conoce a Eva (Julieta Zylberberg), una judía ortodoxa muda – o que decide serlo –, con la cual ayuda en la fundación mientras espera volver a ver a su padre.

Burman retrata de forma magistral un mundo tan heterogéneo como es el barrio de Once, regido por sus propias reglas y costumbres. Cada calle repleta de vidrieras, vendedores ambulantes y cajas de mercadería, representa el caos ordenado en el que Ariel se tiene manejar todos los días realizando los encargos que le da Usher por teléfono. Y todo esto acompañado de las constantes referencias a la cultura hebrea, con su filosofía y tradiciones más características.

“El Rey del Once” probablemente sea la película de Burman con más influencia de la religión judía, a diferencia de otros films en los cuales este factor sólo cumplía el rol de ser un simple contexto. Y es a partir de esa determinación, que promediando la segunda mitad de la película se deja de lado la impronta cómica, para pasar a una especie de adoctrinamiento en cuanto la búsqueda de la fe perdida, obviando los traumas y razones lógicas por las cuales el protagonista se alejó del judaísmo en primer lugar. Esto al final termina haciendo que gran parte de los asuntos sin resolver de Ariel, sean minimizados con el sólo hecho de buscar en las costumbres la solución a cualquier conflicto emocional del pasado.

A fin de cuentas este giro dependerá de la predisposición del espectador a inclinarse por creer o no que la fe puede mover montañas. Para el resto nos queda solamente apreciar a Burman como un buen director, independientemente de sus creencias.





Reseña publicada originalmente el 12 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar

martes, 9 de febrero de 2016

Review: The X-Files Miniseries (2015) – S10XE04

“Home Again” (10X04):Dos ideas a medias


Del humor y la parodia de Darin Morgan en “Mulder and Scully meet the were-monster”, al gore de su hermano Glen en “Home Again”. Lo que parecía una continuación del mítico episodio censurado “Home” (4X02), uno de los más emblemáticos en cuanto a violencia y terror, resultó ser una valiosa mirada introspectiva hacia al personaje de Scully y la relación con su familia, a partir de su propia concepción como madre. Aunque lamentablemente descuidando la habitual premisa policial paranormal en el camino.

En esta ocasión, Mulder y Scully indagan sobre una serie de brutales asesinatos cometidos por un ser hecho a base de basura. Casualmente todas las víctimas son empleados públicos que se relacionan con el desalojo forzado de personas indigentes, lo que hace suponer que estas muertes sean parte de una especie de justicia poética que defiende a los sin techo. Mientras tanto, Scully recibe la noticia de que su madre sufrió un ataque cardíaco y que se encuentra internada en terapia intensiva, generándole un profundo debate existencial sobre lo que significa la maternidad, y la persistente culpa de haber abandonado a su hijo William.

“Home Again” intenta vincular estas dos historias paralelas de manera que formen parte de una misma reflexión sobre las relaciones humanas. Sin embargo el cambio de ritmo, pasando de la delicada situación de la madre de Scully a las investigaciones plagadas de one-liners para los fanáticos, se nota demasiado abrupto dentro del proceso lógico de aceptar una pérdida. Y en consecuencia, hace que dos ideas interesantes por separado  – el sentimiento de culpa y la crítica social -, queden poco desarrolladas dentro de un mismo capítulo.

Sin ir más lejos, esto es lo que decía al respecto el guionista Glen Morgan, en una entrevista publicada en el sitio Entertainment Weekly:


“Si hubiéramos tenido al menos diez episodios […] uno habría sido sobre el monstruo de la basura y otro sobre Scully (y su madre). Pero como sólo tuvimos seis episodios, y teníamos todavía mucho que hacer, tratamos de incluirlo todo elegantemente en un sólo capítulo. Desearía que hubiéramos tenido un poco más de tiempo para explorar mejor el conflicto de la pérdida de un ser querido.”

Pero a pesar del planteo apresurado de ambas historias, sí es necesario destacar la importancia que fue tomando últimamente el remordimiento de Mulder y Scully por la pérdida de su hijo, como nuevo arco argumental. Convirtiéndose en el mejor acierto de una temporada envuelta en dudas para encontrar la fórmula perfecta de suspenso que alguna vez llevó a la serie a lo más alto.

Esto se debe en gran medida a las logradas interpretaciones de Gillian Anderson y David Duchovny, al representar de manera bien distinta la forma en cual se debe llevar la angustia. Es así que, mientras Scully demuestra su dolor a través de la adicción al trabajo, Mulder sobrelleva sus temores de forma mucho más reprimida, lidiando internamente con sus propios fantasmas familiares, pero mostrándose inquebrantable frente a los ojos de su compañera.

De todas formas, sigue siendo una cuenta pendiente que los buenos argumentos, capaces de reflejar problemáticas actuales (algo que significaba uno de nuestros mayores deseos para este regreso), tengan que verse obligados a quedar inconclusos por la limitación de los seis episodios anuales.

Las ideas están, los actores están, el presupuesto está, lo que falta es tiempo para demostrarlo.




La temporada 10 de The X-Files se emite los Lunes a las 23hs por Fox, con una repetición los Martes a las 22hs.


Reseña publicada originalmente el 9 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar

Review: The X-Files Miniseries (2015) – S10XE03


“Mulder and Scully Meet the Were-Monster” (10X03):
 El placer de verlos trabajar juntos

Tras un comienzo irregular, es curioso ver que hasta ahora el episodio más sólido, desde el punto de vista argumental, sea uno que parodia la ambientación sombría y el suspenso característicos de la serie. Sin embargo esta no es la primera vez que los guionistas del show muestran su costado más burlón, en cuanto a los lugares comunes que ellos mismos ayudaron construir. Darin Morgan – el autor de este tercer capítulo – fue uno de los más prolíficos al encarar el universo X-Files desde un lugar más cercano a la comedia que del terror, y ubicar a los protagonistas en situaciones absurdas que de ninguna otra manera podrían haber enfrentado.

En esta ocasión, Mulder y Scully son enviados a investigar la aparición de un reptil humanoide en los bosques del estado de Oregon. Pero para variar, Mulder no está del todo seguro de creer los disparatados testimonios que aseguran haber visto correr un lagarto en calzoncillos. Lo que hace que se termine replanteando el rumbo su vida al seguir persiguiendo monstruos sin sentido, a la vez que intenta acostumbrarse a los nuevos celulares con cámara de fotos.

“Mulder and Scully Meet the Were-Monster” respira nostalgia por donde se lo mire. Ya partiendo desde el título se nota el estilo desenfadado, como si se estuviera por contar una fábula. Pero desde las incontables referencias al público estudioso de la saga – algo ya acostumbrado en lo que va del revival – hasta la forma en la que Mulder y Scully parecen disfrutar de realizar este tipo de investigaciones juntos, todo resume el cariño por los personajes al parodiar la clásica rivalidad creyente/escéptica del dúo, expuesta cientos de veces durante nueve años. Y con el plus de hacer una crítica existencial del ser humano desde el punto de vista del patético monstruo de turno.

No es casualidad que Darin Morgan haya sido el escritor de este capítulo, si se tiene en cuenta que fue el responsable detrás de otros grandes episodios paródicos como “Humbug” (2X20), “Clyde Bruckman’s Final Repose” (03X04) y “Jose Chung’s From Outer Space” (3X20). Guiones en donde más allá del aspecto cómico, se profundizaban debates sociales y nociones filosóficas a partir de un simple expediente X.

De todas formas, es lógico que este tipo de episodios resulten chocantes para el nuevo público o los fanáticos más puristas, más acostumbrados con la esencia oscura de la serie. Porque si bien este tipo de historias se repartían originalmente entre casos y misterios considerados serios, la elección de producir un capítulo cómico podía no ser la más acertada a la hora de convencer a la FOX de que The X-Files es todavía un programa rentable.

Aún con el cronograma de emisión cambiado, “Mulder and Scully Meet the Were-Monster” demuestra que con la ayuda de los guionistas de la vieja época (incluyendo merecido homenaje al mítico guionista fallecido Kim Manners), la décima temporada tiene con qué para salir a flote. Ahora sólo falta que recupere el suspenso, porque la parodia sigue intacta.



La temporada 10 de The X-Files se emite los Lunes a las 23hs por Fox, con una repetición los Martes a las 22hs.



Reseña publicada originalmente el 2 de Febrero de 2016 en Proyectorfantasma.com.ar