Dentro del cine independiente los presupuestos
casi nunca son holgados. La falta de apoyo por parte de los grandes estudios
puede dar mayor libertad creativa, pero sea por el impedimento de utilizar
determinadas locaciones o los altos valores de post-producción, también
dificulta su puesta en práctica. Por eso es mucho más admirable ver cuando
algunos directores hacen frente a todas estas adversidades económicas y logran
plasmar su idea en el celuloide (una pequeña metáfora en tiempos digitales).
Uno de estos directores es claramente Randy
Moore, director de “Escape from Tomorrow”.
Siendo esta película más conocida por haber
sido filmada totalmente de incógnito en Disneylandia,“Escape from
Tomorrow” se publicitó a partir del boca en boca del público luego de
haber sido expuesta en el festival de Sundance del año pasado. Algo que
seguramente fomentó a que llegara a nuestro BAFICI y que no dependiera del
internet para poder ser vista.
“Escape from Tomorrow”se sitúa en el último día de vacaciones de una familia tipo
norteamericana en Disneyworld.
Esa mañana Jim, el padre de la familia, recibe
un llamado que le informa que acaba de perder su trabajo. Por lo que decide
ocultar la notica del resto de su familia para no arruinar lo que queda de sus
vacaciones.
El resto del día transcurre normalmente para
Jim, acompañando a sus hijos en las diferentes atracciones del parque. Pero
lentamente el colorido entorno que lo rodea comienza a transformarse en
perturbadoras visiones que comienzan a materializarse a su alrededor, poniendo
en evidencia su miedos más profundos.
Desde ese momento la obra de Moore se
convierte en un viaje surrealista por la psiquis del protagonista. Plagada de
secuencias que en determinados momentos carecen de cohesión y claridad en
cuanto al argumento, pero a su vez reafirman el efecto de irrealidad de todo lo
sucede.
La música también adquiere un gran protagonismo a la hora de retratar las alucinaciones que sufre el protagonista. Utilizando música orquestada al mejor estilo del cine clásico hollywoodense se deja implícita la ironía de que un lugar considerado inofensivo albergue situaciones de lo más aterradoras.
A simple vista es notable que la película este
filmada íntegramente en blanco y negro. Una decisión artística para realzar la
locura que reina en la historia como también para aprovechar la poca luz
natural con la que se contaba durante el rodaje.
Porque si por algo se caracteriza el método
guerrilla con la que fue filmada “Escape from Tomorrow” es por
la escasez de recursos y el secretismo con la que fue hecha.
Moore tuvo que vestir a
su staff como turistas y ensayar el libreto en las habitaciones del hotel para
no llamar la atención de la seguridad del parque. A su vez cada actor llevaba
un grabador en su cuerpo para poder captar el sonido de los diálogos. Diálogos
que luego serían editados e insertados individualmente en las escenas
anteriormente filmadas con cámaras digitales.
Es interesante ver como Moore se las ingenió
para poder filmar en uno de los lugares más icónicos de la cultura occidental
como es Disneylandia. Utilizando su simbología inocente para recrear un mundo
oscuramente surrealista, que nada tiene que ver con la imagen que se tiene de
los personajes de Disney.
Oscuramente surreal, audaz en sus métodos y
provocativa en simbología,"Escape from Tomorrow" tiene buenas
ideas y momentos muy imaginativos. Aunque en algunas ocasiones su ejecución sea
irregular y se enrede en sus propios ritmos cinematográficos.
Porque si bien no es perfecta, la propuesta es algo
único hasta ahora y que probablemente no se vuelva a ver.Reseña publicada originalmente el 16 de Septiembre de 2014 en Bolsadetrabajoencineyafines.blogspot.com.ar
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