Desde los comienzos de Ben Stiller como
director, y en muchos casos como actor, pudimos ver que siempre tuvo una
predilección con el humor ácido y la comedia negra a la hora de encarar sus
proyectos. Películas como “Zoolander” o “Una guerra de
película” son un ejemplo de cómo fue tomando un poco de cada trabajo
suyo como intérprete para crear buenos productos para la taquilla y en el
ámbito de la comedia en general.
Comenzando como una remake de
la original de 1947 protagonizada por Danny Kaye y Boris Karloff, para luego ir
pasando por distintos directores y rescrituras de guión, nos llega la versión
más actual de “La increíble vida de Walter Mitty”. Que si bien no
decepciona, da la sensación que queda a mitad de camino entre el estilo
provocador del protagonista de “Loco por Mary” y la comedia
apta para todo público.
Stiller interpreta, como es común en él, a un personaje apocado. En este caso personifica a Walter Mitty, el tímido encargado de la dirección de negativos fotográficos de la conocida revista LIFE. El cual pasa la mayor parte del tiempo fantaseando con tener aventuras que pongan al límite su espíritu y con enamorar a su dulce compañera de trabajo Cheryl (Kristen Wig).
Su rutina se rompe cuando la revista en la que
trabaja es comprada por un grupo accionario liderado por un cruel ejecutivo
(Adam Scott) que dispone que el semanario pasará a convertirse en un medio
digital a corto plazo. Para esto se planea publicar el último número en papel.
Y es responsabilidad de Walter entregar el negativo que será la
portada. El inconveniente está en que este negativo se encuentra en un
rollo del legendario fotógrafo Sean O’Connel (pequeña participación de Sean
Penn), que al parecer olvidó incluirlo en el envío.
Sin otra alternativa, Walter deberá emprender
un largo viaje por Groenlandia, Islandia y Afganistán en busca del bohemio
fotógrafo y del negativo perdido, y así evitar perder su trabajo.
La película mantiene en
todo momento un ritmo dinámico, destacándose algunas fantasías muy logradas en
clave de parodia y momentos disfrutables como el cameo del presentador
Conan O’Brien o el partido de fútbol que juegan Ben Stiller y Sean Penn en
la cima del Himalaya.
También se aprovechan las imponentes
locaciones para exponer con belleza la inmensidad de los paisajes que se
visitan en la historia, además del CGI, que aplicado a distintas secuencias,
hacen que funcionen de forma admirable. Principalmente cuando la imaginación de
Mitty se dispara.
La banda de sonido del argentino José González
acompaña de manera sublime el viaje espiritual por el que debe transitar el
protagonista y se aprovecha muy bien la inclusión de canciones de artistas de
la talla de Arcade Fire y David Bowie.
Probablemente el problema del film radica
en que a pesar de algunos momentos cómicos, el guion termina convirtiéndose en
un relato más cercano a los libros autoayuda y no se adapta tanto a los fines
cómicos en sí.
Algunos personajes secundarios tampoco están
del todo bien aprovechados. Puntualmente la figura de Cheryl interpretada por
Kristen Wig (Damas en guerra, Arrested Development) y el ocurrente
empleado de un sitio de citas por internet (Patton Oswalt) que llama al
protagonista en los momentos más inoportunos. Además si se cuenta con Shirley
MacLaine en el papel de la madre de Walter se podría esperar un poco más de
ella, pero claramente eso no depende solamente de los realizadores.
No quepa duda que “La increíble vida
Walter Mitty” regala bastantes momentos de buen cine. No estará a la
altura de lo que se esperaba de Ben Stiller como director (teniendo cuenta sus
trabajos anteriores) pero aporta algunas risas y en el mejor de los casos otra
oportunidad para ver a Stiller haciendo lo mejor que sabe hacer, humor.
Por Nicolás Feldmann
Reseña publicada originalmente el 16 de Septiembre de 2014 en Bolsadetrabajoencineyafines.blogspot.com.ar
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