Director: Peter Strickland.
Reparto: Toby Jones, Tonia Sotiropoulou, Cosimo Fusco, Susanna Cappellaro, Layla Amir, Eugenia Caruso, Hilda Péter, Chiara D’Anna, Katalin Ladik, Guido Adorni, Lara Parmiani, Antonio Mancino, Suzy Kendall, Salvatore LI Causi, Fatma Mohamed y Zsuzsanna Buksi.
Duración: 92 minutos.
Año: 2012
Reparto: Toby Jones, Tonia Sotiropoulou, Cosimo Fusco, Susanna Cappellaro, Layla Amir, Eugenia Caruso, Hilda Péter, Chiara D’Anna, Katalin Ladik, Guido Adorni, Lara Parmiani, Antonio Mancino, Suzy Kendall, Salvatore LI Causi, Fatma Mohamed y Zsuzsanna Buksi.
Duración: 92 minutos.
Año: 2012
Al cine le gusta vanagloriarse a sí mismo. Por eso a
lo largo de su historia pudimos disfrutar bastantes veces de ponernos como
espectadores del proceso de filmación y no solamente siendo críticos de lo que
se considera el producto terminado.
Desde un punto de vista más ficcionalizado como “La
sombra del vampiro”, versión libre de la realización de la joya del
expresionismo alemán “Nosferatu”, hasta la clásica “Cantando
bajo la lluvia”, que retrata el paso del cine mudo al sonoro, siempre
significa un plus de interés en el público ver las historias que suceden detrás
de cámara.
Y como pasaba en el film protagonizado por Gene
Kelly, en donde el sonido tenía principal importancia, esto también sucede
en “Berberian Sound Studio” pero de forma radicalmente
distinta.
Siendo ganador de la Competencia Internacional del
último BAFICI, el segundo largometraje del inglés Peter
Strickland se centra en el personaje de Gilderoy (gran
trabajo de Toby Jones), un ingeniero de sonido que es contratado para
participar en la mezcla y montaje sonoro de una película de terror gótico
italiana llamada “El Vórtice Ecuestre”.
Allí se verá involucrado en un ambiente de trabajo de
lo más hostil. Compartiendo lugar con el manipulador productor del film y su
excéntrico director que se encargan de convertir el estudio en un lugar
enrarecido.
A su vez la atrocidad de las escenas en las que debe
trabajar Gilderoy, no hace más que seguir perturbándole, llegando
sus pesadillas en algunos casos a apoderarse de su propia realidad.
Strickland mantiene una atmósfera tensa y surrealista durante gran parte del
argumento, utilizando una iluminación a contraluz y resaltando las figuras de
los actores mediante una ambientación rojiza de colores saturados.
Pero si hay algo que se puede destacar, es la labor
del sonido para mantener esta impronta. Es increíble percibir la crudeza del
film en cuestión sin mostrar ni una sola escena de violencia explícita. Y todo
mediante la meticulosa representación del método con el que se grababan los
efectos de sonido en vivo sobre la cinta.
Hay que aclarar que “Berberian Sound Studio” es
una película de mucha intensidad en el aspecto técnico, pero no tanto en a lo
que se refiere a su narrativa. Con un argumento más bien pequeño y una casi
nula evolución dramática, la recomendación depende más del interés del
espectador en las obras de Darío Argento y Mario Bava y el
arte del sonido en el cine Giallo.
Un thriller psicológico bastante bien logrado a escala
técnica, pero posiblemente sea mejor valorado como un homenaje a la herencia
del terror italiano en el cine.
Por Nicolás Feldmann
Reseña publicada originalmente el 26 de Abril de 2014 en cinefilia.tv
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