domingo, 6 de julio de 2014

Crítica: Mary is Happy, Mary is Happy (2013)

Pais: Tailandia 
Dirección y guión: Nawapol Thamrongrattanarit
Reparto: Patcha Poonpiriya, Chonnikan Netjui
Música: Somsiri Sangkaew
Duración: 127 min
Año: 2013

No quepa dudas de que el cine es un reflejo de la sociedad. A medida que nuestro estilo de vida depende aún más de las nuevas tecnologías, es indudable que el cine no se iba a mantener al margen de este nuevo fenómeno de las redes sociales como grandes influencias para con las relaciones humanas.

Pero teniendo en cuenta lo anterior, no deja de sorprender el audaz recurso del tailandés Nawapol Thamrongrattanarit al realizar una película basándose íntegramente en las reflexiones de una adolescente anónima en Twitter.

La película nos narra la historia de Mary, una chica (algo aniñada) de 17 años que está cursando su último año de la escuela secundaria.

Transitando puntualmente el último semestre de clases y con todo lo que eso implica, la cabeza de Mary se reparte entre la incertidumbre en cuanto su futuro luego de terminar la escuela y su nueva vocación como fotógrafa a cargo del anuario de su curso.

Todo esto, siempre acompañada por su mejor amiga y confidente Suri, que funciona como cable a tierra en sus momentos de mayor inseguridad.

El director recurre a una narración dividida en pequeñas situaciones, utilizando los 140 caracteres del Twitter a modo de título para cada momento en la vida de Mary, como si de un collage se tratara. Explorando de manera bastante imaginativa la vida de esta chica a partir de sus más profundos deseos, como también a partir de sus propias contradicciones.

De esta manera los tuits funcionan más bien como ideas a mitad de camino. Favoreciendo a que la película mantenga una impronta divertida para contar una historia que no duda en tomarse su tiempo para abarcar temas de lo más complejos como el amor y la amistad. Todos desde la óptica de la misma protagonista.

“Mary is Happy, Mary is Happy” pone en evidencia de alguna forma la construcción de la llamada“identidad virtual” que tenemos en la actualidad. Llegando en algunos casos a utilizar Facebook o Twitter como único medio para relacionarnos y eventualmente como método para hacer catarsis.
Demostrando que las redes sociales vienen a cumplir el rol que antes cumplía el psicólogo.

La película del tailandés Thamrongrattanarit se convierte en una propuesta valiosa dentro del cine. Apostando por reinventar el lenguaje cinematográfico a través de las nuevas tendencias y proponiendo nuevas maneras de contar historias.


Historias que a pesar de que provengan de un lugar tan lejano como es Tailandia, pueden traducirse a algo mucho más universal como lo son los “pequeños” problemas que todos tuvimos cuando fuimos adolescentes.




Reseña publicada originalmente el 22 de Mayo de 2014 en Cinefilia.tv

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