Origen: Argentina, Uruguay
Dirección: Anahí Berneri
Reparto: Celeste Cid, Leonardo Sbaraglia, Máximo
Silva, Fabiana Cantilo, Marilu Marini
Guión: Anahí Berneri y Javier van de Couter
Duración: 95 minutos
Las crisis de pareja no son un fenómeno relativamente nuevo.
Pero si es verdad que son una característica bastante común en las relaciones
familiares de la actualidad.
Con esta idea en mente, la directora Anahí Berneri concibe un
drama de apariencia costumbrista pero con una principal atención en los
detalles. Esos momentos que a simple vista pueden pasar desapercibidos pero que
en su conjunto ayudan a crear una mayor riqueza en el mensaje que se quiere
dar.
Esta no es la primera vez que la directora demuestra su
magistral capacidad para retratar a personajes cotidianos pasando por momentos
complicados de su vida.
Ya en “Por tu culpa” (2010), Berneri nos presentaba a una madre
incapaz de poner límites a sus hijos, dando a entender que los mayores dramas
suceden puertas adentro.
Pero hablamos puntalmente de “momentos” porque este film se
tiene que entender de esa manera. Como un pequeño fragmento dentro de la vida
los personajes y no como una historia con principio y final.
Lucía y Manuel (Celeste Cid y Leonardo Sbaraglia) son
un matrimonio joven marcado por el estrés de la rutina y las presiones
laborales. Razones que claramente generan un constante clima de reproches y
peleas que no solamente envuelven a la pareja en un estado de crisis, sino que
repercuten directamente en el comportamiento caprichoso de su hijo de siete
años.
En busca de mayor tranquilidad para poder unir a la familia, ambos apuestan por
construir una casa más grande a las afueras de la Capital Federal. Pero la
agotadora mudanza no hace más que profundizar la distancia que ya de por sí
venía acarreando la relación.
Rápidamente Lucía y Manuel comienzan a
funcionar como divorciados, a pesar de que la separación nunca se haga pública.
Y es entre esas idas y vueltas que aprovechan para sacar a relucir todos sus
problemas a través de comentarios irónicos y una latente violencia doméstica.
La película transcurre en una permanente atmósfera familiar
de tensión. Prácticamente sin musicalización, la directora decide hacer
hincapié en el silencio y la reflexión de los personajes que observan abatidos
cómo se van distanciando como pareja.
De esta manera Anahí Berneri ofrece una
mirada visceral y realista sobre las relaciones humanas, gracias al inmejorable
trato que le da temáticas como la infidelidad y el deseo.
Sin olvidar las excelentes interpretaciones de Celeste Cid y Sbaraglia, que a
su vez demuestran una notable química frente a cámara.
Otra importante mención es la de Máximo Silva como el hijo
del matrimonio, que pesar de su corta edad logra interpretar con solvencia un
papel bastante delicado teniendo en cuenta la temática del film.
“Aire libre” es
solamente un fragmento dentro de un proceso mucho más largo. El origen de los
problemas que enfrenta esta familia podría deberse a infinidad de factores.
Pero es papel del espectador sacar sus propias conclusiones sobre las razones
que originaron esta crisis, y a su vez predecir lo que sucede después del final
intencionadamente abierto.
En un año que viene algo irregular en cuanto a producciones
nacionales, “Aire libre” es una de esas propuestas que ponen en lo más alto al
cine argentino.
Por Nicolás Feldmann
Reseña publicada originalmente el 25 de Mayo de 2014 en bolsadetrabajoencineyafines.blogspot.com.ar
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