País: Canadá/España
Dirección: Denis Villeneuve.
Guión: Javier Gullón, basado en la novela de José Saramago.
Elenco: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon e Isabella Rossellini.
Fotografía: Nicolas Bolduc.
Música: Danny Bensi y Saunder Jurriaans.
Duración: 90 minutos
Guión: Javier Gullón, basado en la novela de José Saramago.
Elenco: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon e Isabella Rossellini.
Fotografía: Nicolas Bolduc.
Música: Danny Bensi y Saunder Jurriaans.
Duración: 90 minutos
Tras demostrar su talento en “La sospecha”, el
director canadiense Denis Villeneuve vuelve acompañado de (¿su
actor fetiche?) Jake Gyllenhaal para reafirmar que los simbolismos son su
fuerte a la hora de hacer cine.
Basada en la novela “El hombre duplicado” de José
Saramago, Villeneuve reinterpreta en este thriller psicológico el
eterno problema de la identidad personal y el concepto del doble. Representado aquí en el encuentro de dos seres humanos completamente iguales en
apariencia pero rotundamente opuestos en personalidad.
“El caos es un orden por descifrar” comienza
diciendo la película.
Probablemente en un intento de darle una explicación a la
serie de interpretaciones que de seguro quedarán patentes después de los
créditos finales.
Rápidamente se nos presenta a Adam Bell (Jake
Gyllenhaal), un rutinario profesor de historia sumido en un aparentemente
continuo estado de depresión.
A pesar de esto, Adam se encuentra en pareja con su novia Mary (Mélanie
Laurent). Aunque esta relación no pase de ser meramente justificada por el
deseo.
Pero todo cambia cuando una noche, mirando una película al
pasar, el protagonista descubre en segundo plano a un actor exactamente igual
que él (también Jake Gyllenhaal).
Sorprendido por el hallazgo, al principio la curiosidad es lo que lo motiva a
buscar la manera de contactarse con su igual. Llegando a rastrear su dirección
y hasta haciéndose pasar por su doble frente a todos sus conocidos, incluyendo
la esposa embarazada de este (Sarah Gordon).
Luego de algunas situaciones incómodas, finalmente los dos
(llamémosle clones) logran verse las caras. Sin embargo esto significa el
comienzo de una obsesión mutua que terminará involucrando también a sus
respectivas parejas.
De esta manera Villeneuve consigue retratar
a dos personajes tan parecidos como incompatibles en busca de su propia
identidad. Demostrando que la puja de uno sobre otro pone en juego una especie
de equilibrio existente entre los dos opuestos. Y probablemente desencadenando
el caos mencionado en la frase inicial de la película.
Más allá de lo enigmático de la premisa inicial, la historia
se encuentra plagada de abstracciones, de pistas que hacen que el espectador
sea el encargado de buscar la razón del conflicto de estos dos iguales a simple
vista.
Los simbolismos del director también se dejan ver a partir
de la clara influencia de la cinematografía de Lynch o Cronenberg,
y por qué no también la de Kubrick en “Ojos bien
cerrados”.
Aunque probablemente lo que más destaque sea la cuidada
fotografía, que sumada a la acertada música incidental, aporta a que el clima
de tensión y paranoia se mantenga hasta el final. Haciendo mención aparte de la
actuación de Jake Gyllenhaal, que aprovecha la oportunidad de
lucimiento y no decepciona poniéndose en la piel de los dos personajes
principales.
“Enemy” es una propuesta interesante dentro de
los estrenos semanales. Es una de esas películas que dejan mucha tela para
cortar después del final. Y en el mejor de los casos, candidata a ser vista más
de una sola vez.
Por Nicolás Feldmann
Reseña publicada originalmente el 16 de Junio de 2014 en Cinefilia.tv
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